Tendré que ir a Alcañices para ver esa escalera y edifio ; hermosa foto. La música de Ludovico es de las que me gustan, acompaña estupendamente el poema de » las moscas» de Machado. Aunque ahora con estos frios no creo que haya ninguna, pobrecitas….
El edificio ¿Lo hicieron con los impuestos de la martiniega ?….
En teoría, no: la martiniega era un impuesto real. Alfonso X concedió a Alcañices la recaudación (bastante antes de que existiera el marquesado)
Un abrazo, Inés
La martiniega creo que era un impuesto que pagaban los campesinos a sus señores; imagino que este palacio representa la riqueza de los señores, especialmente en Aliste, conseguida a base de quedarse con los mejores ganados. La foto tiene ese tono especial que da la piedra.
Un abrazo.
Era un impuesto real: en Alcañices, antes que los marqueses lo recaudaron los templarios, que fueron quienes fortificaron la villa.
Un abrazo, Valverde
Me gusta mucho ese punto onírico que les estás dando a la fotos. Misterio, sugerencia, aventura… todo a la vez. Ese ¿canalón? que se empeña en devolverme al tiempo y al espacio que estaba deseando abandonar, que lo quiten por Dios.
🙂 ¡Pues espera a ver la siguiente!
El punto onírico lo persigo a menudo, pero no siempre lo encuentro. Y lo del canalón… supongo que lo instaló el mismo que el de la farola de la estación, jejeje
Un fuerte abrazo, Adra
Menos mal que vais dando pistas, porque no tenía ni idea de Martiniegas ni de Las moscas. Ahora sí 🙂 Adopté una vez una mosca, quedó la última del verano, y me duró hasta casi Navidad. Creo que es algo increíble, para una mosca; pero la cuidé muy bien. Hasta le puse nombre. A veces la soledad hace esas cosas. ..
Cuánto sabrán las moscas de las vidas de las gentes…
Fotografías lo infotografiable, Xibeliuss. El dorado de otros días y esos rayos de luz atrapados en las balaustradas que otras manos habrán asido, a veces con firmeza, a veces cansadas…
Llegado hasta aquí, despues de leer todos los comentarios,¡hay que ver la de cosas que me has enseñado!. Me alegra que al final el edificio esté destinado a un uso publico, (espero que no sea una residencia privada).Bueno y si es así sugeriría que alguna vez suene dentro de esas paredes la música de Ludovico.
Un abrazo.
Pues no lo tengo muy claro, Tejón, pero temo que es privada. Al menos la regentan unas monjas. Y sí, seguro que no les venía mal la música de Ludovico 🙂
Un abrazo y cuidate!
Sangre, sudor y lágrimas costaba pagar la dichosa martiniega al señor, como muchos otros impuestos que freían a los de siempre (¿nos suena?). Esa piedra caliza, dorada, bien parece de Cáceres, Salamanca o Úbeda.
Un saludo
Jejejeje Sí que me suenan, Carmen. A todos, me temo. Alcañices está muy cerca de Zamora capital, con lo que su arquitectura ya es muy distinta de la de aquí de Sanabria. Übeda no lo conozco, pero aire cacereño o salamantino sí que tiene.
Saludos
Yo descubrí a Ludovico en la banda sonora de «Intocables» – gran película, además – pero tiene una carrera bastante larga. Vale la pena explorarla.
Un abrazo, Kiko
Vaya hermoso rincón que has traído. Me encanta el ángulo de la escalera, qué pena que estuviera ese coche aparcado pero no se puede pedir todo ¿verdad?
Salu2
🙂 Sí, el coche también… aunque me mata más el canalón justo en el medio. Pero que se le va a hacer: si están poco se puede/debe hacer…
Saludos, Juan Carlos
Es una casa muy «castellana», sí. El ángulo… pues mucha «culpa» tiene lo que dice Juan Carlos: minimizar el impacto de los coches aparcados; así encontré los reflejos en la barandilla (y en las moscas).
Abrazos, Ñoco
Tendré que ir a Alcañices para ver esa escalera y edifio ; hermosa foto. La música de Ludovico es de las que me gustan, acompaña estupendamente el poema de » las moscas» de Machado. Aunque ahora con estos frios no creo que haya ninguna, pobrecitas….
El edificio ¿Lo hicieron con los impuestos de la martiniega ?….
Un abrazo.
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En teoría, no: la martiniega era un impuesto real. Alfonso X concedió a Alcañices la recaudación (bastante antes de que existiera el marquesado)
Un abrazo, Inés
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La martiniega creo que era un impuesto que pagaban los campesinos a sus señores; imagino que este palacio representa la riqueza de los señores, especialmente en Aliste, conseguida a base de quedarse con los mejores ganados. La foto tiene ese tono especial que da la piedra.
Un abrazo.
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Era un impuesto real: en Alcañices, antes que los marqueses lo recaudaron los templarios, que fueron quienes fortificaron la villa.
Un abrazo, Valverde
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Esyta casa solariega tiene historia como el pueblo. Bella imagen en ocre. Un abrazo
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Gracias, Katy. Hoy es una residencia de la tercera edad, pero el edificio sigue teniendo un aspecto (al menos por fuera) impresionante.
Abrazos
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Me gusta mucho ese punto onírico que les estás dando a la fotos. Misterio, sugerencia, aventura… todo a la vez. Ese ¿canalón? que se empeña en devolverme al tiempo y al espacio que estaba deseando abandonar, que lo quiten por Dios.
Un abrazo
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🙂 ¡Pues espera a ver la siguiente!
El punto onírico lo persigo a menudo, pero no siempre lo encuentro. Y lo del canalón… supongo que lo instaló el mismo que el de la farola de la estación, jejeje
Un fuerte abrazo, Adra
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Vivían bien los señores a costa de los campesinos, cobrando impuestos y viéndolas venir :p
Guapa foto 😉
Buen miércoles.
Un beso
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Jjejeje Hombre, si se hubiese podido elegir, todos habrían querido ser nobles!
Un abrazo, Laura
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Menos mal que vais dando pistas, porque no tenía ni idea de Martiniegas ni de Las moscas. Ahora sí 🙂 Adopté una vez una mosca, quedó la última del verano, y me duró hasta casi Navidad. Creo que es algo increíble, para una mosca; pero la cuidé muy bien. Hasta le puse nombre. A veces la soledad hace esas cosas. ..
Cuánto sabrán las moscas de las vidas de las gentes…
Fotografías lo infotografiable, Xibeliuss. El dorado de otros días y esos rayos de luz atrapados en las balaustradas que otras manos habrán asido, a veces con firmeza, a veces cansadas…
Un abrazo
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¡Ostras, muchas gracias, Moni! Ya me gustaría, ya, fotografiar lo infotografiable. Pero lo intento.
Un abrazo
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Llegado hasta aquí, despues de leer todos los comentarios,¡hay que ver la de cosas que me has enseñado!. Me alegra que al final el edificio esté destinado a un uso publico, (espero que no sea una residencia privada).Bueno y si es así sugeriría que alguna vez suene dentro de esas paredes la música de Ludovico.
Un abrazo.
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Pues no lo tengo muy claro, Tejón, pero temo que es privada. Al menos la regentan unas monjas. Y sí, seguro que no les venía mal la música de Ludovico 🙂
Un abrazo y cuidate!
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Sangre, sudor y lágrimas costaba pagar la dichosa martiniega al señor, como muchos otros impuestos que freían a los de siempre (¿nos suena?). Esa piedra caliza, dorada, bien parece de Cáceres, Salamanca o Úbeda.
Un saludo
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Jejejeje Sí que me suenan, Carmen. A todos, me temo. Alcañices está muy cerca de Zamora capital, con lo que su arquitectura ya es muy distinta de la de aquí de Sanabria. Übeda no lo conozco, pero aire cacereño o salamantino sí que tiene.
Saludos
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Muy relajanta… me gusta😊
Kiko
Date: Tue, 18 Feb 2014 17:55:26 +0000
To: tanxilde@hotmail.com
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Yo descubrí a Ludovico en la banda sonora de «Intocables» – gran película, además – pero tiene una carrera bastante larga. Vale la pena explorarla.
Un abrazo, Kiko
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Vaya hermoso rincón que has traído. Me encanta el ángulo de la escalera, qué pena que estuviera ese coche aparcado pero no se puede pedir todo ¿verdad?
Salu2
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🙂 Sí, el coche también… aunque me mata más el canalón justo en el medio. Pero que se le va a hacer: si están poco se puede/debe hacer…
Saludos, Juan Carlos
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Recia y austera casa. Me gusta esa sobriedad.
Buen ángulo el de tu toma.
· un abrazo
· CR · & · LMA ·
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Es una casa muy «castellana», sí. El ángulo… pues mucha «culpa» tiene lo que dice Juan Carlos: minimizar el impacto de los coches aparcados; así encontré los reflejos en la barandilla (y en las moscas).
Abrazos, Ñoco
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