Palomar

«Este edificio singular pertenece a la familia de Don Juan de Prada desde hace tres generaciones. Fue construido con materiales locales: piedra, barro y madera, con el fin de albergar a sus palomas domésticas: productoras de alimento y abono para las huertas.
Sus características: tamaño, forma, exposición al sur y ubicación, favorecen la estancia y reproducción de las aves y evitan la entrada de depredadores.
En el año 2006 el Parque Natural del Lago de Sanabria y Alrededores procedió a su restauración, utilizando técnicas y materiales tradicionales, para que podamos disfrutar de esta hermosa muestra de la arquitectura popular sanabresa»
Texto del panel informativo de Red de Espacios Naturales – Junta de Castilla y León.

«Soy Vicente.
Un día, Pipo me hizo palparle la cabeza. Me pareció la mar de normal…
Al nacer se le resbaló al médico y se dio contra el suelo, pero no le pasó nada. Nos preguntábamos si era porque tenía una cabeza dura como el cemento o elástica como la goma. Pipo no se acordaba de ello.
Todo quisqui sabe que Pipo es la chica más guapa del mundo. Y nosotros pensábamos que era a consecuencia de esa caida y de que sus padres fueran tan diferentes entre ellos.
Pipo no actuaba como la típica niña bonita. Ya sabéis como suelen actuar las niñas bonitas. Pues bien, Pipo no. A ella sólo le gustaba jugar al fútbol y cosas así.
Los grandes, o sea, los chicos grandes, de dieciséis años y tal, se ponían muy nerviosos ante ella, incluso cuando era pequeña. Pipo era simpática con ellos, pero cuando se volvían de espaldas, ¡uff!
Creo que Pipo me quería mucho cuando éramos chicos, pues siempre pretendía darme besos y demás, pero yo siempre salía por piernas. Un día, la dejé besarme. Fue una sensación tierna y pegajosa, pero al menos no vomité.
Un día, un tío dijo que Pipo sólo me quería por piedad y, caray ¡ella le puso la cara como un mapa! Pipo tenía las piernas fuertes de jugar al fútbol, y le dio tal cantidad de puntapiés que el chaval sangró hasta por las orejas. De verdad, palabra«
Beto Hernández – Azúcar y Pinchos – Palomar, Vol. 2

Es muy posible que estos dos «Palomares» no tengan nada que ver entre sí.