Manzanas

Fotografía

«Hacia mediados de noviembre las manzanas silvestres han perdido parte de su brillo y la mayoría de ellas han caído. Una gran parte se pudre en el suelo, y las sanas son más sabrosas que antes. […] Exploro, con ojos experimentados, entre los alisos desnudos, los arándanos y la juncia marchita, y en las grietas de las rocas, y husmeo bajo los helechos caídos y en descomposición que, junto con las hojas de aliso y manzano, cubren el suelo. Porque sé que están allí escondidas, caídas en los huecos desde hace tiempo y cubiertas por las hojas del propio árbol: un embalaje totalmente adecuado. De estos escondrijos, que pueden estar en cualquier parte dentro de la circunferencia del árbol, saco la fruta, mojada y lustrosa, quizá mordisqueada por los conejos y horadada por los grillos, y quizá con una hoja o dos pegada a ella, pero todavía lozana y al menos tan madura y bien conservada como las que están en los barriles, más crujiente y vivificante que éstas […]»

«Leo en el Gessner de Topsell, cuya autoridad parece ser Alberto Magno, que el erizo recoge y transporta las manzanas a su madriguera de este modo: «Su alimento consiste en manzanas, gusanos y uvas. Cuando encuentra manzanas o uvas en el suelo, se revuelca encima de ellas hasta que se clavan todas en sus espinas, y luego las transporta a su madriguera, sin llevar nunca más de una en la boca. Y si resulta que durante el camino alguna se cae, se sacude para hacer caer el resto y de nuevo se revuelca sobre ellas hasta volver a ponerlas todas en su espalda. Luego sigue adelante, haciendo un ruido semejante al de una rueda de carro. Y si tiene crías en su madriguera, éstas le quitan su carga y comen tanto como quieren, dejando el resto para más adelante»»
Henry David Thoreau – Las manzanas silvestres

18 comentarios en “Manzanas

    1. Thoreau supo transmitir como pocos lo estimulante que puede ser la vida en el campo. Es difícil leerle y no sentir ganas inmediatas de salir a caminar lo más lejos posible de la civilización urbanizada.
      Saludos, gracias, Santiago

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    1. Jjejeje El erizo es un crack, pero no tanto como el tipo que fabuló con esa fantástica forma de transporte que le adjudica.
      Saludos, Cayetano

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  1. Me encantaría ver un erizo en el trance de transportar manzanas.
    Justo estoy leyendo un libro de poemas de Thoreau. Es magnífico.
    Buenas y manzaniles fotos, Xibeliuss!!

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    1. Jjajaja ¡Y a mi! Y a ser posible que se le caiga la carga a cada poco, para ver como se revuelca sobre ella y la vuelve a pinchar. Es solo que… seguro que no es así.
      ¡Los poemas de Thoreau! ¿Ya estás buscando una cabaña en un bosque apartado? 😀

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    1. Es una pena tremenda. Pero es así, a nadie le resulta rentable cogerlas, transportarlas, venderlas… Cada año hay más.
      Abrazos, amigo.

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    1. Me atraen mucho los «bestiarios», tanto los que intentan ser científicos como los completamente imaginarios. Éste que cita Thoreau cubre las dos vertientes.
      Abrazos, eladio.

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  2. Pues no sabía eso del erizo. Una vez salvé a uno, o eso creo yo. ¿Te has fijado en la cara de un erizo? Son guapísimos. Y sonríen. La manzana está para comérsela, y eso que no me llamo Eva. Me gustan, no como muchas, pero me gustan.
    Conozco un manzano mágico, ya lo he comentado más veces, pero nadie me cree….Ya te diré dónde está. Está en Zamora, por cierto…
    Me encanta la historia, y la foto, y la canción, me alegran el día:)
    Un beso

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    1. 😀 Síiiii, los erizos sonríen y son muy agradables; a mi me encantan también. Pero me temo que no transportan así la comida, aunque no estaría nada mal, eh?
      Ya me contarás más despacio lo del manzano mágico.
      Besazos

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  3. ·.
    Un simpático post porque creo que a todos nos gustan los erizos, y no creo que sea por Espinete.
    El relato elegido me parece tierno. Y sobre esos hallazgos, creo haber encontrado lo que describe entre la hojarasca.
    Una vez tuve un erizo, algo herido. Lo alimenté con manzanas. Ya repuesto, lo solté en su medio natural.
    Y por dar la nota… ¡que pena esos erizos atropellados en nuestras carreteras!
    Un abrazo Xi

    LMA · & · CR

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    1. Pues sí, son unos cuantos los erizos que mueren en nuestras carreteras. ¡Ellos y otro buen montón de animales! Es una pena y difícil de solucionar en las carreteras rurales.
      ¡No me había acordado de Espinete! Quizás si tenga algo que ver…
      Abrazos, Ñoco

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      1. Es verdad. Como tantas cosas, los árboles están abandonados y nadie coge las manzanas porque dicen que no les compensa porque les pagan una miseria. Un abrazo.

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