
«Él era hijo de una maestra, eso es cierto, y era abogado, había ido a la universidad, podía aspirar a algo mejor que una cadena de montaje, desde luego, pero no mucho más, no creas. Habría cambiado de barrio, habría ganado unas oposiciones, habría podido comprarse un coche, y a lo mejor hasta un piso, en veinticinco años de facilidades, y siempre habría encontrado algún conserje que le tratara de don porque para eso tenía estudios, pero esto no daba para mucho más, en serio (…)»