Injurias

Fotografía

«Nueve años pasan. Fin Barr, abad de Kildare, busca vigas para fortificar la abadía: en los robledales de Killarney, camina de tronco en tronco con sus lacayos. Miran hacia arriba, comparan, escogen. En la horcadura de un roble demasiado nudoso para ser madera de la que se hacen las vigas, Fin Barr ve, en medio de lo que ha tomado en un primer momento por una mata de muérdago, unos ojos risueños animarse y componer un rostro: es un hombre que levanta la mano y hace al abad un pequeño gesto delicado. Es el rey.


Salta al suelo. Tiene un cuervo sobre el hombro que de tiempo en tiempo, cuando el rey se mueve, aletea un poco; luego, muy seriamente, se alisa las plumas. Suibhne abraza a Fin Barr, ríe, lo acaricia… pero no puede responder a sus preguntas: ya no tiene verdaderamente el uso de la palabra. Sin embargo, parece hablar con su cuervo en una especie de jerigonza, a la que el otro responde en la jerigonza de los cuervos. Y cuando cesa este diálogo, el rey canta suavemente, casi sin parar. Parece prodigiosamente feliz y dedicado a su tarea feliz. Durante todo el día, sigue a Fin Barr y sus lacayos, detrás de ellos da saltitos como si él también fuera un cuervo. Cuando se detienen, les busca bayas y berro, que devora con la misma felicidad ávida que tenía para los manjares de rey, y el cuervo come de su boca.
Los lacayos se divierten. Fin Barr está conmovido, acaricia esa bola de muérdago y plumas negras que fue un rey. Se dice que, después de todo, su rey no ha cambiado para nada. Al atardecer, sujeta largamente en su mano larga la gruesa mano, la suelta y Suibhne se va dando saltitos hacia el bosque, como si fuera a echarse a volar. No se volverán a ver antes de que sobre el uno y el otro llegue el ave de la Muerte.
Los Anales de los cuatro maestros dicen que el rey Suibhne, por efecto de la Gracia, se convirtió en ave; que debe sus plumas a los ángeles, que atrapa al vuelo la paloma y articula el verbo divino en la jerigonza de los cuervos; que es un santo y un loco, una cosa de Dios.«
Pierre Michon – Mitologías de Invierno

@ManelFontdevila para @eldiarioes

Música: Iron HorseWinter prayers

17 comentarios en “Injurias

  1. Desplumados nos va a dejar el rey. Buen pájaro está hecho.
    Un post redondo, la foto es una pasada, la música va a quedar un buen rato sonando…
    Un abrazo.

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    1. Con la que está cayendo, más vale decir que «cualquier parecido con la realidad…» Jjejejeje La viñeta de Manel es tremenda para esto.
      Un abrazo, amigo

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  2. Me encanta la foto, Xibeliuss, y no conocía la canción. Con Michon no sé qué me pasa, me quedé a mitad de camino. Pero este texto lo he leído entero. Algo es algo. Un abrazo.

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    1. Sólo he leído este volumen, «Mitologías de Invierno – El Emperador de Occidente» Tengo pendiente desde hace tiempo «Los Once». Las Mitologías sí me han gustado, es un tema que me atrae y creo que lo trata muy bien, equilibrando tradición y personalidad. Ya te contaré cuando me meta con Los Once.
      Un abrazo, eladio

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      1. Yo tengo «Los Once», y ya sabes que los libros marcan sus tiempos y «exigen» una disposición. Cuando decido comprarme un libro pienso que lo tengo muy claro, pero ahí está, lo he abierto dos o tres veces y ahí sigue, esperando su momento. Y de eso hace años…En fin, son cosas que pasan. Un abrazo, Xibeliuss.

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  3. Donde se demuestra que cualquier pajarraco se puede convertir en rey o en gobernante. O viceversa, que de todo hubo, hay y, por desgracia, habrá.. Y no es ni un ataque a la monarquía ni a la ornitología.
    Buen tema musical el que has elegido.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Evavill. De Minchon, lo que le digo a eladio: tampoco es que yo lo conozca mucho, aunque creo que merece la pena profundizar un poco.
      Saludos!

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  4. Que foto. Es de esas que se hacen muy pocas; sólo las ves, se te queda grabada esa imagen, y esa valla torcida sobre blanco, pero no te sale. A tí sí:) Ya no miraré nunca igual a los cuervos, y estaré expectante no sea que de alguna de esas viejas vallas torcidas de madera que abundan en mis paseos con Humo, se me aparezca algún rey con plumas de ángel;)
    Un beso

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    1. 😀 Los reyes con plumas de ángel sólo existen en los cuentos, Moni: no te fíes si alguno te sale al camino. Viven para perpetuar su estatus
      Aunque seguro que Humo te alerta de sus intenciones en cuanto lo vea 😉
      Un beso, Moni

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  5. ·.
    Pues no recuerdo lo que habré puesto en mi comentario desaparecido (no le habré dado a publicar)
    El caso es que me ha gustado el relato.
    Y en cuanto al rey… creo que hay mucho personal desnudo, reyes y lacayos cuando no algún súbdito que no ciudadano. El problema es que la ropa de su desnudez la pagamos todos los vestidos.

    Un abrazo Xibeliuss

    La Mirada Ausente · & · Cristal Rasgado

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  6. Ya podían los cuatro Maestros haber convertido al rey en algo más apropiado a su condición, como en pavo real, que no cuervo, ya que tuvieron esa feliz idea de convertirlo en ave. Aunque pensándolo bien, no sé que hubiera sido peor…:-)
    La foto, una pasada, como todas las tuyas. La viñeta, pura carcajada. Y el tema musical, deliciosa balada. Pues nada, que no se puede pedir más.

    Un besote, Xibeliuss.

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