Mientras tanto, en el Club de Lectura… (3)

Relatos Propios

Es frecuente escuchar a los autores decir aquello de «Mis personajes cobran vida propia y llevan las historias donde yo nunca hubiese previsto«. Casi es un tópico ya en las entrevistas. Por si le vale de algo mi opinión – la mía, que soy sólo un aficionado a esto de escribir – aquí se la dejo: a mí también me pasa.

Dolores y su marido Manuel Céspedes nacieron de casualidad hace ahora unos tres años y medio. Yo quería contar en una entrada del blog Igual te Interesa una historia real, sucedida en los primeros momentos de la II República y que había conocido, también por casualidad, a través de una canción de Chicho Sánchez Ferlosio. Tenía reunida abundante documentación sobre el episodio; pero, como otras veces, pensé que la mejor manera de transmitir el fondo de la historia era personificarla: crear personajes ficticios y escribir la narración desde su punto de vista. Así lo hice y así nacieron Manuel y Dolores. Y así estaba previsto que finalizase su andadura.

Demiurgo

Relatos Propios

Sabía – como esas cosas que se saben sin saber cómo – que si un día llegase al centro del bosque se encontraría con el manantial que surtía todos sus arroyos, el corazón que, sístole diástole, sembraba de vida hasta el último de sus rincones.

forest landscape by formx

El bosque al final de los cuentos

Relatos Propios

El bosque surgió de la nada en el centro de la llanura. El hombre con las lentes oscuras se detuvo frente a él. Los árboles se apretaban uno contra otro como un pelotón de lanceros a la espera de una carga de caballería; incluso los espinos que a duras penas asomaban entre la espesura tenían aspecto de armas escondidas, listas para el ataque sin cuartel. Todo era rechazo. El hombre se secó el sudor con la manga de la gabardina. El sol estaba en lo más alto del cielo. No proyectaba ninguna sombra.