Recurrente

Viajes

«Él era hijo de una maestra, eso es cierto, y era abogado, había ido a la universidad, podía aspirar a algo mejor que una cadena de montaje, desde luego, pero no mucho más, no creas. Habría cambiado de barrio, habría ganado unas oposiciones, habría podido comprarse un coche, y a lo mejor hasta un piso, en veinticinco años de facilidades, y siempre habría encontrado algún conserje que le tratara de don porque para eso tenía estudios, pero esto no daba para mucho más, en serio (…)»

Islas

Viajes

«Al octavo día, llegaron a una isla rocosa y áspera, llena de escoria y de forjas y que carecía de hierba y árboles. Esto preocupó a Brendan, pero el viento los arrastró directamente a ella y pudieron oír el sonido de los fuelles y el estampido del martillo contra el yunque. De una de las forjas salió un isleño, vio al curragh y volvió a entrar en aquélla. Brendan indicó a sus monjes que remasen y que izasen la vela para salir de allí lo antes posible. Pero, mientras decía esto, el isleño reapareció y les lanzó un gran trozo de escoria. Pasó a más de doscientos metros de sus cabezas y, donde cayó, las aguas entraron en ebullición y se elevó una columna de humo como si procediese de un horno. Una vez que el curragh se hubo alejado alrededor de una milla, aparecieron más habitantes de la isla, quienes se dirigieron a la playa y comenzaron a lanzar más trozos de escoria a los monjes. Daba la impresión de que toda la isla estaba en llamas. La mar hervía, los aullidos llenaban el aire e, incluso cuando ya no alcanzaban a ver la isla, les llegaba su hedor. Brendan les dijo que habían estado al borde del Infierno.

Bocabajo

Viajes

«Los poderosos, por su parte, viven ambicionando siempre una mayor fortuna. Los humildes que deciden vivir solos reciben el desprecio de la gente. Los que tienen muchas posesiones acarrean muchos desvelos, mientras que los desposeídos padecen incontables sufrimientos. Aquel que busca ayuda se convierte en esclavo y el que se da a los demás queda prisionero de su propio afecto. El que acata las reglas de este mundo sufre en consecuencia, pero el que no lo hace se nos presenta como un loco. Donde sea que vivamos y hagamos lo que hagamos, ¿es posible acaso que por un solo instante hallemos cómo descansar nuestro cuerpo y cómo apaciguar nuestro corazón?»
Kamo No Chomei – Pensamientos desde mi cabaña (1212)