Hongos, hongos

Fotografía

Apenas ya como setas. Algo casi inaceptable para alguien que, como es mi caso, habita en una tierra en la que cada estación brinda a los aficionados multitud de oportunidades.
Me cansé de trabajar con ellas; más que nada de estar obligado a ir siempre un paso más allá, de no poder disfrutar de la simplicidad de unos cucurriles asados sobre las brasas de la chimenea y tener que buscar siempre el salto mortal, lo más nuevo, lo más rompedor, lo último de lo último.
No encontraba placer en convertirme en algo así como un cazador pokemon, el tipo que conoce más especies que nadie, capaz de recitar todas sus características y las distintas maneras de cocinarlas, embarrancarme en conversaciones sin fin con otros expertos en la materia, perseguir siempre la rareza.
Llegó un otoño y me di cuenta de que malditas las ganas que tenía de empezar otra temporada de setas. Ese mismo día dejé de cocinarlas.
Nunca perdí, sin embargo, la afición de salir a su encuentro. Es algo para lo que no necesito a nadie y a nadie tengo que dar cuenta. Cojo la cámara, me pongo las botas y me pierdo en el bosque. Cuando encuentro alguna, me pongo a su altura y miro al mundo desde su nivel. No quiero saber su nombre, ni si es buena para comer ni si al cortarla escupirá un jugo azulado. Me basta con admirar como rompe la tierra y busca la luz. O como se esconde entre la hojarasca, o se adhiere a la madera. Nunca va a ser igual.

Música: 

Gilberto Gil: Three mushrooms

Love: Mushroom clouds

20 comentarios en “Hongos, hongos

  1. Qué sabiduría la del que distingue las setas y conoce cuáles son comestibles y cuáles no.
    La seta siempre fue para mí una especie de alienígena que crece junto a los árboles -como los gnomos- y que guarda en su interior su secreto: no es ni vegetal ni animal. De hecho, algunas especies cocinadas a la brasa dejan en el paladar una textura y un regusto casi cárnico. Es un mundo aparte, Como Marte.
    Saludos, Xibelius.

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      1. Sí, algo de fascinante tiene, incluso para los que vivimos en zonas donde abundan. Parecen formar un mundo paralelo al nuestro, con sus propios esquemas y sistemas. Saludos, Santiago, gracias.

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    1. Algo de alienígena si tienen: ellas o nosotros, el resto del mundo. A veces las miras y te parece que forman parte de un esquema diferente.
      Saludos, Cayetano.

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  2. Estaba advertido, esperaba la entrada, más no por ello ha sido menos asombroso este magnífico muestrario de setas.
    Casi me gustan tanto como si las hubieras cocinado.
    Un abrazo.

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  3. Bueeenoooo, qué catálogo de setas. Nunca he visto tantas ni de tan gran tamaño.
    Pero lo que más me ha gustado es el bosque, ¿es un hayedo?
    Solo faltan las hadas y los elfos correteando.

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    1. El de la primera foto es un castañar, más una plantación que un bosque. El resto la mayoría son en robledal, el árbol endémico por esta tierra. ¡Ah, y la mayoría son bastante pequeñas! – pero vistas desde muy cerca 😀

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      1. Ya me he dado cuenta en una segunda visita que he hecho a tus fotos, he visto la cáscara de las castañas y en las otras las hojas de roble. Se aprecian todos los detalles ampliándolas, una maravilla!!

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  4. Casi pegado al mar, como Santiago, casi, pero hay muchas setas también por aqui, no sé si tantas como este extenso muestrario tuyo. Las como, porque cada día traen, pero miro poco al suelo, cuando voy al bosque, si hubiera setas en los árboles, a lo mejor las cogía, Abrazos, Xibeliuss.

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  5. ·.
    Pues sí, todas son comestibles… por lo menos una vez.
    Yo las miro con recelo, a veces las fotografío, a ras de suelo, oliendo el musgo y la hojarasca. Siempre son un espectáculo, especialmente si las vemos con los ojos de tu cámara, que son los tuyos.
    Es un reportaje excepcional. Casi comestible.
    Un abrazo Xi

    LMA · & · CR

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  6. Este año ha sido un muy buen año de setas, por lo menos por estos pagos y veo que por ahí también. En mi caso no tengo ni idea de hongos, sólo los miro en mis paseos por el monte. Ahora tengo unos tíos maravillosos que sí que entienden y que nos traen varias bolsas para degustarlas. Un privilegio.
    Un saludo

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    1. Jjejeje Siempre hay algún conocedor que ayuda a identificar las setas y, en los años buenos, hace de proveedor desinteresado. Yo, ya digo, he perdido interés en su aspecto culinario.
      Saludos, Carmen!

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  7. Nunca va a ser igual. Ahora será disfrute y libertad, olor a musgo y a hojas…y ellas…las setas. Y todos los hongos que salgan a tu encuentro, un encuentro voluntario con la esencia de eso que encontramos cuando dejamos de buscar.
    Las fotos…tus fotos, Xibeliuss, tienen una naturalidad (con mayúsculas) y unos colores, que, jolín… no sé cómo coñe los consigues 😀 😀
    Un beso

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  8. Coincido contigo en que mi relación con las setas es salir, encontrarlas y hacerles fotos, siendo este otoño muy abundantes tengo una colección pero no conozco ni la mitad de ellas. Eso sí, no me rsisto ni al humilde cucurril ni al más valorado boletus.
    Un abrazo.

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    1. ¡Un año muy abundante, sí! Incluso ahora, que ya las temperaturas están bajando, con las lluvias siguen saliendo muchas. A disfrutar de ellas.
      Un abrazo, Valverde

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